Cuando entre las parejas o exparejas imperan las discusiones y se interponen los gritos o se retira la palabra, no sólo se afecta la relación que desarrollan ambos progenitores entre ellos(ellas), sino también la de cada padre o madres con sus hijos(as).[1] Peor aún, presenciar tanto las discusiones, como estos silencios de castigo cargados de rechazo, afecta el desarrollo emocional y cognitivo, al reducir en el cerebro el hipocampo. El retraso en el desarrollo del cerebro genera problemas de sueño, ansiedad, falta de atención y concentración, depresión y problemas de comportamiento. Además, les modelamos formas inadecuadas de solución de conflicto entre parejas y en general, que éstos repetirán a través de toda su vida y puede llevarles a establecer relaciones no saludables.
La mediación familiar INTEGRAL permite reestructurar y reconstruir las relaciones como familia parental en preparación o luego de una separación y generar una sana convivencia familiar. Como ganancia adicional, el generar una experiencia positiva sobre las relaciones materno/paterno-filiales fortalece el desarrollo emocional de los menores, modela formas saludables de comunicación y convivencia a los menores, lo que les ayuda a romper estos patrones de violencia en esta y futuras generaciones.
Si eres una madre o un padre que estás considerando separate, te acabas de separar o te sientes como si así fuera y, aunque sientas mucho coraje, deseas trabajar en conjunto a favor de sus hijos(as) y tomar las mejores decisiones para su bienestar. Te invito a dar la oportunidad a un proceso de diálogo para evitar o salir de la crisis familiar y lograr un camino de armonía.
[1] When Partners Become Parents: The Big Life Change for Couples. Cowan, C. P. & Cowan, P. A. (1992). New York, NY: Basic Books (a division of Harper Collins Publishers), p. x.
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